La Semana Santa de Puente Genil, familiarmente conocida como “la Mananta”, constituye una de las manifestaciones de religiosidad popular más importantes y singulares de Andalucía.
Más allá de la conmemoración de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo, la Mananta adquiere en Puente Genil un sello único que se torna en inolvidable para el que la visita por primera vez. Es, sin duda alguna, una fiesta de sensaciones, donde todo parece mezclarse en un desorden aparente e incluso contradictorio. Es ahí, no obstante, donde reside gran parte de su misterio y atractivo.
Es también, la gran fiesta de la participación, pues la Mananta es una fiesta del pueblo, forjada por él.
Y junto a ello, el peso de la tradición. La Mananta se forjó a lo largo de cientos de años, y es tradicional porque sus costumbres se han conservado en el pueblo transmitiéndose de generación en generación.
Nuestra corporación, una de las más antiguas, forma parte indivisible del sentir manantero, aportando religiosidad, ejemplo y «diversión·, a cuantos nos contemplan en las procesiones.
Los niños de Puente Genil, anhela poder echar unas monedas sobre la túnica del Salvador, rememorando la subasta realizada hace más de 2000 años, donde unos romanos, se jugaron la ropa de Jesús Nazareno.